12/10/13

El koala nos necesita

I    II   III
Esta vez la noticia que leí en Le Monde me descorazonó: “El koala, uno de los iconos australianos, amenazado de desaparición a causa del calentamiento climático, según un estudio de la universidad de Sídney”.

Comentaba, además, que el año pasado el koala se incluyó en la lista de especies protegidas en varias regiones de Australia debido a que su supervivencia se encuentra amenazada por el desarrollo de las ciudades, la circulación automovilística, los perros domésticos y las enfermedades.

El Koala es otro de mis animales preferidos. En el año 1979 una persona muy especial me regaló un broche de pinza con un tierno Koala de peluche y gracias a él aprobé un fastidioso examen. Me acompañó hasta finalizar la Universidad y todavía lo conservo en perfecto estado después de demasiado ajetreo.

No entiendo que este adorable animal sea dañado y le arrebaten los bosques de eucaliptos, su único hábitat y fuente de alimento.

Os comento algunos datos sobre él.

La cría recién nacida permanece en la bolsa marsupial durante seis meses aproximadamente donde se alimenta de leche y una especie de papilla que produce su madre, esta papilla les facilita el decisivo cambio de la leche a las hojas. Cuando sale de la bolsa se sujeta a la espalda de su madre acompañándola a todas partes. Cuando tiene aproximadamente un año empieza a tomar su comida tumbado junto a la bolsa de la madre.

Durante este tiempo la cría aprende a agarrar las hojas con las manos y a olisquearlas intensamente antes de comérselas realizando sus primeras excursiones alrededor de su madre.

Los koalas casi nunca abandonan los eucaliptos. Además, gracias a sus extremidades y dedos oponibles se mantienen cómodamente sobre ellos. Pueden dormir hasta 18 horas al día sujetos en las horquetas y rincones de los árboles.

• No beben mucha agua porque su hidratación proviene de las mismas hojas.

• Cada koala establece su propio territorio, cuyo tamaño debe garantizar suficientes árboles adecuados para proveer al koala de alimentos y protección. Pueden permanecer en su territorio durante toda la vida, excepto en los casos de catástrofes y alteraciones del hábitat.

• Antes de que los koalas jóvenes emigren, consideran el territorio de su madre como propio.

Si un koala muere, su territorio se le cede a un congénere. Por ello, las fronteras siguen siendo prácticamente las mismas. Antes de establecer un territorio fijo, los koalas jóvenes suelen recorrer las zonas periféricas de una colonia durante un mes. De este modo, toman posesión de numerosos territorios abandonados.

Según la Fundación australiana de koalas (AKF) la población de koalas en estado salvaje está por debajo de 100.000 y el número sigue en constante descenso.

Deseo y espero que les dejen vivir libres en su mundo y no tengamos que limitarnos a observarlos en los zoológicos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Arriba