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Wilson A. Bentley y sus fugaces maravillas

Wilson A. Bentley    I      II      III     IV      V
A través del microscopio descubrí que los copos de nieve eran portentos de belleza y me pareció una pena que esa belleza no pudiera ser apreciada por los demás. Cada cristal de hielo es una obra maestra del diseño, y ninguno se repite jamás. Cuando un cristal se derrite, ese diseño se pierde para siempre. Cuánta belleza perdida sin dejar ni un solo rastro.” Estas palabras fueron pronunciadas por el fotógrafo estadounidense Wilson A. Bentley en el año 1925.

Nació en 1865 en Jericho, Vermont. Su infancia transcurrió en la granja familiar donde le fascinaba el entorno natural que le rodeaba. Le encantaba estudiar las mariposas, las hojas, la lluvia y la nieve.

Cuando cumplió quince años le regalaron un microscopio. Su curiosidad se acrecentaba y deseaba retener lo que observaba. Le asombraba la nieve y se situaba en el frío invierno durante horas esperando pacientemente la caída de copos. Cuatro años más tarde, en 1885, observando lo difíciles que eran de fotografiar al derretirse tan rápido, decidió conectar su cámara de fuelle a su microscopio. El aparato fue instalado en la entrada con el fin de obtener fotos que mostraran los intrincados detalles de cada copo y para que los más delicados no se derritieran.

Cayó un copo de nieve,  cogió una pluma para colocarlo con cuidado debajo de la lente y, después de un minuto y medio, consiguió su primera fotografía con éxito.

A partir de esa primera fotografía en 1885, hizo más de 5.000 observando que cada copo de nieve era único y estaba formado por cristales de nieve.

Sus microfotografías y artículos fruto de su trabajo fueron publicados en diversas revistas científicas y populares de su época.

En el año 1904, donó una colección de 500 de sus fotografías a la Institución Smithsonian Archives para garantizar su seguridad aunque la mayor colección de sus fotografías se conserva en Jericho Historical Society ubicada en su ciudad natal.

Bentley falleció en 1931 en Jericho, su hogar donde siempre residió, a causa de una neumonía que contrajo después de caminar a través de una tormenta de nieve.

Gracias al trabajo de Wilson A. Bentley se pudieron hacer las primeras clasificaciones de las formas de los cristales de hielo.

Si tenemos en cuenta los medios con que contaba este gran hombre autodidacta, podremos valorar su genial trabajo. Desde ahora cuando vea caer la nieve le recordaré con su antigua cámara y observaré los copos de una manera diferente.

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