24/3/17

Las bellas terrazas de arroz de Yuanyang (China)

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El condado de Yuanyang se encuentra al sudeste de la provincia de Yunnan (China) a lo largo del río Rojo con una elevación de 1.570 metros. Es el asentamiento principal de la etnia Hani que durante mil trescientos años ha desarrollado un singular sistema de arrozales en terrazas, modificando las pendientes montañosas para que se conviertan en una serie de superficies planas y escalonadas sobre las que se puede trabajar. Su complejo sistema de canales les permite llevar el agua que necesitan, desde lo alto de las montañas hasta sus campos, para cultivar una variedad de arroz rojo.

La belleza y colorido de estas terrazas de arroz que varía según la estación y la hora del día, son obras de arte semejantes a preciosos cuadros que podrían exponerse en un museo. Los Hani son agricultores y ganaderos que siguen utilizando los bueyes y aparejos como lo hacían sus ancestros.

Sus aldeas están situadas en las laderas de las montañas en las zonas más cálidas por debajo de 700 metros de elevación, cerca de los ríos y protegidas por un bosque. Esta ubicación tiene para ellos un significado legendario según el cual ellos proceden de las fértiles tierras del valle del lago Dian, conocido también como «La perla de montaña brillante», donde fueron derrotados por ejércitos enemigos y se vieron forzados a emigrar al sur, a regiones más pobres y montañosas. Estos magníficos arrozales son el resultado de la adaptación de los antepasados de los Hani a las duras condiciones locales, quienes mediante el continuado trabajo de modificar la montaña y su conservación, consiguieron sacar de la tierra los recursos para sobrevivir.

Las bajas temperaturas en invierno sólo soportan una cosecha de arroz al año. Después de la cosecha, desde mediados de septiembre hasta mediados de noviembre dependiendo de la elevación, las terrazas se llenan de agua hasta abril, cuando comienza la siembra.

La mayoría de las mujeres y niños visten con su ropa tradicional y colaboran en las tareas agrícolas, participando con todos los habitantes de su aldea en la limpieza de sus aldeas con escobas que incluso los niños utilizan.

Su difícil acceso ha impedido la llegada masiva de turistas, viven tranquilos preocupándose por sus cultivos y logrando crear estas terrazas que poseen una belleza única.

16/3/17

Mason Wartman y su negocio solidario Rosa's Fresh Pizza

Mason Wartman   Rosa's Fresh Pizza  Cliente y Mason
Mason Wartman había conseguido triunfar en Wall Street trabajando en la bolsa de Nueva York. Tenía sólo 25 años y la vida asegurada; sin embargo, se planteó si el éxito y el dinero le bastaban para ser feliz. No lo pensó demasiado y en el año 2013, se marchó a Filadelfia, compró un local y montó su sencillo negocio, una pizzería a la que llamó Rosa's Fresh Pizza por cariño a su madre, Rose.

Mason deseaba aportar algo positivo a la sociedad y su propósito fue vender pizzas a un dólar. Instaló un sistema de pago por adelantado dando la opción a todos los clientes de dejar una porción de pizza para los más necesitados. Para dejar constancia de su pago, el cliente escribe un mensaje destinado al futuro receptor en una nota auto-adhesiva que luego cuelga en la pared. Cuando el indigente come su ración responde con otra nota. Al principio entre 30 y 40 clientes sin hogar recibían su porción.

Mason no sabía cómo hacer pizzas, pidió consejo a unos de sus proveedores y utilizó un gráfico para encontrar la manera de hacer masa convirtiéndose en un experto. Le ayudaban quienes conocían la técnica y no tenían recursos económicos. Trituran mozzarella de grandes trozos y preparan la salsa con los tomates enteros, que son más baratos y las pizzas resultan más sabrosas.

Las paredes vacías del local empezaron a llenarse de notas de colores con todo tipo de mensajes o dibujos de los niños que comían y no sabían escribir. Entrañables y alegres notas como: «Sonríe», «Una pequeña Rosa de otra pequeña Rosa», «Disfruta», «Espero que esto te haga feliz», «Toma algo de pizza y pasa un buen día», «Saludo de Seattle Disfrute de su pizza», «Comer, Comer …», «¡Deliciosas porciones! ¡Feliz primavera, Filadelfia!» y corazoncitos dibujados.

Su iniciativa llamó la atención a nivel nacional apareció en Upworthy, luego en Internet y Ellen DeGeneres lo invitó a su programa quien después de escuchar su historia, le entregó un cheque de 10.000 dólares para que el negocio siga adelante.

Desde entonces Rosa's Fresh Pizza es todo un éxito, ha regalado más de 23.000 porciones y está proporcionando comidas gratis a 100 personas en un día determinado.

Este alza en Rosa's Fresh Pizza significa que Wartman necesita más empleados y, fiel a sus principios, contrata a través de agencias que conectan con personas sin techo. También han comenzado a vender ropa oficial de Rosa's Fresh Pizza diseñadas por artistas sin hogar, La mitad de todos los ingresos se invierte en apoyar a la comunidad pobre de Filadelfia y ha financiado un 10% de las pociones donadas.

Mason Wartman no sale de su negocio, trabaja detrás del mostrador todos los días. Le han comentado que su generosidad ayuda a reducir delitos menores que se producían para conseguir dinero para comer.

Mason ha creado un círculo mágico de generosidad: «Es una forma muy fácil, transparente y eficiente de ayudar a los demás. Hay veces que las personas sin hogar compran pizzas para otras personas.»

4/3/17

La pequeña isla volcánica de Aogashima

Aogashima        Árbol sagrado       Santuario
La isla volcánica Aogashima tiene una superficie aproximada de 6 kilómetros cuadrados y está situada a 359 kilómetros al sur de Tokio en el mar de Filipinas. Es un volcán emergido de las fosas marinas que surgieron de los restos de una serie de calderas submarinas, configurando un islote de perfiles escarpados que se elevan desde los 200 a los 420 metros de altura. En su interior se encuentra el cráter de la caldera del Maruyama que sigue desprendiendo vapor.

La última vez que el volcán entró en erupción fue en 1785 falleciendo casi la mitad de la población de la isla y los supervivientes huyeron; sin embargo, cincuenta años más tarde volvieron y actualmente unas doscientas personas viven en el cráter del volcán y sobre uno de los costados al norte de la isla.

La agricultura, la pesca y su fábrica de sal son las principales actividades de los habitantes. La sal la extraen calentando agua del mar en cráteres volcánicos hasta que se evapora el agua.

La isla tiene saunas naturales, aguas termales, duchas calientes, baño público y un horno para cocinar. Utilizan el vapor geotérmico y el gas como energía.

Las verduras frescas, las patatas y los huevos cocinados al vapor del volcán son las especialidades gastronómicas de Aogashima.

Debido a su difícil acceso, los habitantes tienen un helicóptero para viajar hasta Hachijojima, la isla más cercana situada a unos 60 kilómetros de distancia. El helicóptero viaja una vez al día y sólo puede llevar un máximo de 9 pasajeros.

Sus canciones folclóricas relatan historias del abandono de la isla y de la separación de sus seres queridos. Como protección aparece el exuberante árbol sagrado de cedro Koikeoku que se conserva desde hace más de 230 años en el bosque y que a través del tallo de musgo emana energía. Lo consideran como el eje de poder de Aogashima.

En Aogashima sólo se puede disfrutar del paisaje natural, de la tranquilidad de un paraíso tropical y de las increíbles vistas que proporcionan los dos cráteres. Sus habitantes viven contentos sin pensar en lo que pueda suceder en el futuro, una actitud sensata porque tampoco nosotros lo sabemos.

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